Sabemos que en el mundo existen costumbres, algunas curiosas, otras atrevidas… y otras bastante descabelladas.
Parece una locura pero no lo es. En la India, unos empresarios están a punto de comercializar un nuevo “refresco” en base a orina de vaca, con el que pretenden hacer frente a la “invasión” de Coca-Cola. Los empresarios quieren que una bebida hecha en su país triunfe sobre otras extranjeras. La vaca es considerada un animal sagrado enla India y se cree que su orina tiene propiedades contra los microbios.
En realidad, en algunas localidades de la India, la orina de vaca es bebida como un tipo de remedio; pero lo que ahora pretenden es comercializarla oficialmente.
lunes, 24 de mayo de 2010
lunes, 8 de febrero de 2010
México: chile maíz e insectos.
A pesar de la idea que se tiene generalmente de la cocina mexicana, no todo lo que es rojo pica. Esto es lo que tratá de demostrar Bricio Domínguez, para quien «la base de la cocina azteca es el frijol, el chile y el maíz. Con esta trilogía puedo mover el mundo.» Apasionado de los fogones, ha venido a la feria del turismo (FITUR) de Madrid, para reivindicar que la cocina «no sólo alimenta los estómagos, sino que busca emocionar, tocar el alma de cada persona».
Para ello, del 3 al 7 de febrero demostrará cómo elaborar platos típicos de la cocina prehispánica en el Hotel Me de Madrid. Domínguez explica que este tipo de cocina «busca agarrar la esencia de la cultura y la religión de los antiguos aztecas».
Basada en ciertas carnes exóticas, insectos y verduras, atrae la atención de todos aquellos que visitan Guanajuato, Estado central de México y «el corazón del país», según el chef.
Comenzó con seis años y hace otros seis se decidió a abrir El jardín de los milagros, sede culinaria de la cocina previa a la colonización española. Entre los platos que ofrece destaca el sopecito (bolita hueca de maíz) de pescado con aires de jitomate criollo, una hortaliza típica de la cocina mesoamericana. El caldo rojo de yurirria con tropiezos de pato también seduce el paladar de todos sus clientes .
Pero, lo que más llama la atención de la cocina prehispánica es el uso de insectos. Los gusanos de maguey con mantequilla, cilantro, cebolla o chiles son un ejemplo de ello. Sin olvidar el tamal relleno de carne de cerdo con adobo rojo, «al que le añadiría unos escamoles (huevos de hormiga). Es como nuestro caviar», se enorgullece el restaurador.
Nunca cucarachas
La utilización de insectos no es exclusivo de México, sino que se puede encontrar en otros países, sobre todo asiáticos; «aunque nosotros no utilizamos cucarachas, ni alacranes, ni tarántulas».
Cocinar insectos forma parte del equilibrio que trata de buscar Domínguez, «es una forma de mostrar respeto hacia la madre tierra. Antiguamente comían chinchillas, larvas y escamoles, los cocinaban de diferentes modos: con mantequilla, ahumados, fritos o con limón. De todas estas maneras quedan muy ricos y aportan mucho sabor».
Para ello, del 3 al 7 de febrero demostrará cómo elaborar platos típicos de la cocina prehispánica en el Hotel Me de Madrid. Domínguez explica que este tipo de cocina «busca agarrar la esencia de la cultura y la religión de los antiguos aztecas».
Basada en ciertas carnes exóticas, insectos y verduras, atrae la atención de todos aquellos que visitan Guanajuato, Estado central de México y «el corazón del país», según el chef.
Comenzó con seis años y hace otros seis se decidió a abrir El jardín de los milagros, sede culinaria de la cocina previa a la colonización española. Entre los platos que ofrece destaca el sopecito (bolita hueca de maíz) de pescado con aires de jitomate criollo, una hortaliza típica de la cocina mesoamericana. El caldo rojo de yurirria con tropiezos de pato también seduce el paladar de todos sus clientes .
Pero, lo que más llama la atención de la cocina prehispánica es el uso de insectos. Los gusanos de maguey con mantequilla, cilantro, cebolla o chiles son un ejemplo de ello. Sin olvidar el tamal relleno de carne de cerdo con adobo rojo, «al que le añadiría unos escamoles (huevos de hormiga). Es como nuestro caviar», se enorgullece el restaurador.
Nunca cucarachas
La utilización de insectos no es exclusivo de México, sino que se puede encontrar en otros países, sobre todo asiáticos; «aunque nosotros no utilizamos cucarachas, ni alacranes, ni tarántulas».
Cocinar insectos forma parte del equilibrio que trata de buscar Domínguez, «es una forma de mostrar respeto hacia la madre tierra. Antiguamente comían chinchillas, larvas y escamoles, los cocinaban de diferentes modos: con mantequilla, ahumados, fritos o con limón. De todas estas maneras quedan muy ricos y aportan mucho sabor».
martes, 2 de febrero de 2010
Comer insectos te hace bien.
Ahora los científicos (si, Los Científicos: viven en un bunker secreto desde donde emiten estas declaraciones periódicas. Al lado tienen una oficina los dadaístas) dicen que se tendría que incorporar más insectos al dieta occidental.
Son ricas en proteínas y tienen menos colesterol que la carne de vaca o chancho. Además consumir insectos, según el artículo de The Telegraph, causaría menos daño al medioambiente global.
lunes, 25 de enero de 2010
Lagarto en salsas.
Lagarto en salsa:
Para 1 kg de lagarto: Se limpia bien, se trrocea y se ponen en un poco de agua. Se pican tres o cuatro dientes de ajo y un poco de sal. Se cueca hasta consumir el agua. Se aparta. En una sartén se pone un poco de aceite de oliva (tres o cuatro cucharadas(, se añaden los lagartos cuando esté el aceite hirviendo. Se fríen ocho o diez minutos.
Después, en un mortero ocho op diez dientes de ajo y un poco de miga de pan y se machaca bien. Se añaden dos cucharadas de vinagre y se llena el mortero de agua. Se echa a la sartén y se deja cocer ocho o diez minutos.
Lagartos en salsa de almendras:
Una vez quitada la piel y limpios, se trocean, se salan, se rebozan en harina y huevo y se fríen. En un poquito de aceite de freírlos, se fríen seis almendras, se sacan y se ponen a sofreir ajos y dos hojas de laurel. Se acan, se fríe una cucharada de harina y se añade medio vaso de agua. Se vierte esto en la cazuela sobre los lagartos fritos.
Al final se le agrega el cuajado de ajos, laurel, azafrán y las almendras, que dé un hervor y se aparta.
Para 1 kg de lagarto: Se limpia bien, se trrocea y se ponen en un poco de agua. Se pican tres o cuatro dientes de ajo y un poco de sal. Se cueca hasta consumir el agua. Se aparta. En una sartén se pone un poco de aceite de oliva (tres o cuatro cucharadas(, se añaden los lagartos cuando esté el aceite hirviendo. Se fríen ocho o diez minutos.
Después, en un mortero ocho op diez dientes de ajo y un poco de miga de pan y se machaca bien. Se añaden dos cucharadas de vinagre y se llena el mortero de agua. Se echa a la sartén y se deja cocer ocho o diez minutos.
Lagartos en salsa de almendras:
Una vez quitada la piel y limpios, se trocean, se salan, se rebozan en harina y huevo y se fríen. En un poquito de aceite de freírlos, se fríen seis almendras, se sacan y se ponen a sofreir ajos y dos hojas de laurel. Se acan, se fríe una cucharada de harina y se añade medio vaso de agua. Se vierte esto en la cazuela sobre los lagartos fritos.
Al final se le agrega el cuajado de ajos, laurel, azafrán y las almendras, que dé un hervor y se aparta.
martes, 19 de enero de 2010
Ancas de rana fritas...
Este plato no tiene mucho misterio, es simple, pero delicioso. Las ancas de rana no tienen un sabor pronunciado, pero su carne es delicada y fina.
Lo primero que tenéis que tener en cuenta. La rana es una especie protegida, así que las que guisemos deberán ser las que se comercializan y provienen de granjas.
Normalmente las ancas las compraremos ya limpias y lo mas probable que estén congeladas.
El proceso de descongelación lo haremos lento en el interior del frigorífico, el recipiente donde se acomoden las ranas, será con tapa, para que estas no tomen ningún aroma de la nevera.
Una vez descongeladas y unas 3 ó 4 horas antes de freírlas, las pondremos en leche, aromatizada con una infusión de jengibre y unas hojas secas de Lima (Kaffir). Se pueden poner otros aromas que gusten o simplemente la leche.Las hojas de Kaffir tienen un sabor muy agradable, parecido al limón.
Sacamos las ancas de la maceración y las escurrimos bien sobre un papel absorbente, las pasamos por harina y en una sartén con aceite caliente las vamos friendo hasta que tomen el aspecto de las que tengo emplatadas.
Nota:
La manera mas cómoda y limpia de pasar por harina, en este caso, las ancas es: en una bolsa de plástico ponemos la harina de rebozo y metemos las ancas, las revolvemos bien y antes de sacarlas las sacudimos bien para quitar exceso de harina y a la sartén.
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