Un vendedor de arañas fritas posa con una araña mientras espera a sus clientes en la estación de autobuses de Skun, en la provincia camboyana de Kampong Cham, al este de Phnom Penh.
Diez arañas freídas en abundante aceite y aderezadas con ajo cuestan dos dólares. Los arácnidos, del tamaño de un puño, son crujientes por fuera y saben dentro a pollo frío y viscoso.
lunes, 17 de agosto de 2009
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